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¿Las aberraciones humanas nos enseñan?



Historia conmovedora aunque predecible debido a que es posible imaginarse el sufrimiento de los sobrevivientes, describe los hechos más horrorosos que pueden ocurrir bajo una guerra. Escrita por John Hersey: el periodista aperrado a mi juicio ya que es suficiente para un hombre que haya estado en las batallas durante
la Segunda Guerra
Mundial como corresponsal, para describir lo malo que lo pasaron los residentes de Hiroshima tras la destrucción de esta por el Little Boy:

La Bomba
Atómica.


Muchos pueden decir que es fácil escribir acerca del sufrimiento de los sobrevivientes y su posterior tormento, pero no es así. Mi pregunta suena muy aterradora y descarada, como si me gustara el sufrimiento pero no es acaso el hombre un animal que aprende tras sus errores. Entonces somos unos testarudos, pues miles de guerras, millones de batallas e innumerables muertos y todo con motivos que muchas veces eran so pretexto de querer muerte. En general los hombres somos una especie masoquista, la guerra y el sufrimiento nos encanta (lo digo en forma general y como argumento me baso en las guerras). Pues si no hay catástrofes naturales como terremotos, tsunamis, inundaciones y pestes, llega la guerra, la muerte.


Qué esperanza debería tener entonces, a todos nos espera la muerte de eso no hay duda. Todo está en no repetir los errores que hicimos en el pasado. Hiroshima no fue suficiente, Nagazaki tampoco y por poco tras
la Guerra Fría
se seguiría utilizando la energía nuclear con fines destructivos. Que acaso la próxima vez la bomba será tan poderosa que desapareceremos todos. Ya no más, hombres egoístas, en nosotros está el construir un mundo en que exista la igualdad y el respeto por el otro.


El día anterior a mi lectura de esta obra maestra estuve (para variar) en la computadora de mi casa, en donde instalé un juego llamado: Medalla de Honor: Asalto en el Pacífico. Por casualidad, trataba sobre la próxima historia que me esperaba en mi mesita velador.


Pasé toda una tarde luchando a favor de los estadounidenses matando japoneses en la batalla de Guadalcanal. Allí no pensé siquiera en el sufrimiento que pasaron estos tipos en la realidad. Me divertí tanto en la eliminación de estos japos gritones y destruyendo avioncitos zeros que me olvidé de sus familias, sus amigos perdidos, su almas perdidas en la desolación. Luego de tomar onces e irme a mi cuarto a comenzar el libro, se asoma el título sobre una imagen que me parecía familiar: el hongo.


Lo observé por algunos segundos y pasé a las primeras páginas. Era tanto el desconcierto que comencé a odiar a los norteamericanos, pues nada me da más terror que ver el sufrimiento en una mujer. Surgieron ganas en mí de desquitarme con algo, mas no lo logré, continúe pasando las hojas, hasta que por fin descubrí la verdad: imaginé que la bomba caía sobre Santiago, la luz cegadora, la gente pidiendo auxilio, arrastrándose, quemándose en la neblina y con las lenguas de fuego que viajaban por los aires. Todo lo que yo más quería se esfumaba, mi ciudad, mi gente, mis amigos, mi futuro, todo.


Sólo allí comprendí el objetivo de John Hersey en mostrar el sufrimiento de aquellos seis sobrevivientes. Sus cuerpos sobrevivieron, pero se sentían desdichados, eran unos ratones de laboratorio, sus vidas cambiaron junto a Hiroshima, su hogar.


Enseguida perdí todo odio, para comprender las acciones bélicas de los países hay que adentrarse en la situación en que se encontraban las personas de aquellos países. Ellos quieren soluciones a sus problemas, rápidas, aunque se requiera una guerra. Japón quería conquistar las islas del pacífico. EEUU quería terminar con la guerra lo más pronto posible. Era una guerra total, sí, todo era válido de ejecutar, Estados Unidos optó por eliminar a más de 100.000 almas inocentes en pocos segundos. Logró su objetivo, pero dejó una huella indeleble en la esencia del Japón, pero sobre todo en los que sobrevivieron a la guerra.


Muy lejano es Japón. Pero qué ocurriría si dijera Chile en los libros de historia, en las páginas de Internet. Todo nos llega, en este libro me llegó y fue motivo de discusión también en mi familia, por lo que puedo decir que no sólo me sirvió a mí solamente, sino que todos mis pares se sienten más comprometidos y cercanos como grupo luego de contarles en forma breve el tormento de los japoneses supervivientes.


Se aprendió la lección, ya no se utilizan más armas de destrucción masiva. Pero sigue el temor a que regresen. Tras la muerte de muchos con esta bomba, es posible que se logre salvar a la raza de los hombres. Tema tratado en variadas películas de ciencia ficción en el cine: Destruir un posible meteorito que chocará contra
La Tierra
usando la bomba.


Los asesinatos, robos, gente descuartizada, abusos, traición, etc. son un mal de todos los días. De ellas hay que aprender, para que uno no haga lo mismo, estimular a otros a hacer lo correcto para el provecho de todos. Contribuir a nuestra sociedad de mejor forma es posible.


Esa es la tarea de que todos debemos hacer frente, no porque la mayor potencia del mundo haga una guerra de libertad hay que creerle. Siempre existen razones, fue sólo casualidad que Hiroshima fuese el objetivo del Enola Gay, pudiendo ser Tokio o Santiago. Todos podemos ser un Tanimoto-san, Hatsuyo Nakamura, supervivientes de el mayor elogio posible, ellos les tocó vivir, eligieron vivir y lo hicieron lo mejor que pudieron aún mientras su cuerpo decía lo contrario. Lo mejor es pensar en que en vida, fui yo mismo. Yo construí mi vida y la disfruté hasta el último instante.

cuando las cosas nos gustan como quedan es mejor hacerlas publicas...

aunque despues venga aguien y diga que no es tanto...

yo que lo lei digo que ta' weno...

yap eso...

te quelo muxo...

bexos...

xau!

Leí a Hersey y encontré notable su labor. La búsqueda de seis sujetos que se encontraban a menos de tres kilómetros del centro del estallido, cuyas vidas estaban enlazadas, da cuenta no sólo de la fortuna y la desdicha de los sobrevivientes de Hiroshima sino también de la fragilidad y la aberración del ser humano.
Saludos.

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