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Proxima función: Medio Oriente

Introducción

Analizaré desde un punto de vista crítico, al texto de Carmelo Pérez Beltrán, “El mundo árabe e islámico, ante los retos del futuro”. Hasta nuestro tiempo, los conflictos en el Medio Oriente siguen presentes, a veces con situaciones críticas y otras no tanto. Se prevén muchos posibles rumbos que esta situación pueda tomar y para ello es necesario conocer no sólo la historia de los conflictos y sus causas, sino también, lo que ocurre en cada habitante de estos países. Para aventurarse a realizar predicciones para el futuro, se requiere tener argumentos muy sólidos y tener conciencia de que el problema lo pueden solucionar sólo los mismos involucrados.

La imagen que se tienen ambos mundos

El pueblo occidental y también el cristiano, poseen una imagen muy ambigua de lo que es en realidad el mundo islámico. No se acostumbra a diferenciar lo Islám, lo árabe y el mundo oriental, sino que se agrupa bajo un todo, siendo que estos mundos son uno de los más ricos en diversidad cultural que existe. Se asume por ello, la veracidad de esta afirmación.

El autor recurre a describir características puntuales de la religión islámica y de la musulmana, algo que si bien es fundamental, no se debería acudir por ejemplo a diccionarios para conocer la realidad que acoge a los pueblos. Carmelo Pérez señala que su intención en el texto es “abordar el análisis de los conflictos desde perspectivas más abiertas, alejadas de visiones bipolares, que tengan en cuenta otras realidades (sociales, políticas, culturales...), otras visiones del mundo, y que contribuyan a superar prejuicios y estereotipos en la percepción del otro". En este ámbito, Carmelo se contradice, ya que si su intención es dar a conocer la realidad que ocurre en los pueblos de oriente y encontrarle una salida al problema, señala que se deben a acudir a generalidades, sin visiones bipolares, realizar la complementación de ambas visiones del mundo para llegar a la realidad más objetiva posible. El error que hace el autor es recurrir a la religión misma, la define, la caracteriza, habla de su espiritualidad, destaca su diferencia pero a partir de las costumbres de cada una. Si hay que hacer una distinción de las religiones, hay que asentarse en la historia y en las características de las sociedades existentes en la zona. Si se va a escribir un libro que trate sobre el futuro histórico que le espera los pueblos islámicos y árabes, se debe enfocar precisamente en la historia y no crear un texto acerca de la religión islámica, pues el autor pierde el objetivo del libro al realizar aquellas reseñas religiosas.

Algo importante a acotar, es la forma con que Carmelo Pérez hace la diferenciación entre las culturas de Oriente y del Oriente Medio. El señor Pérez hace mención en su libro, a la imagen que cada pueblo tiene sobre el otro. Se observa que el autor asume y generaliza esta imagen, además de darle mayor importancia a Occidente, por lo que él también estaría ejerciendo el mismo papel de personaje que estereotipa al Islám y al árabe como un mundo violento, atrasado, salvaje, está siendo egoísta con los pueblos árabes, ya que si lees el texto, caes en la idea de que Occidente está en lo correcto, mientras que el Medio Oriente no lo está.

Aceptamos la ruptura que hay en la zona del Medio Oriente, debido a la gran diversidad de culturas y dos grandes religiones que parecen ser similares, pero no lo son. Carmelo quiere romper con la brecha que existe entre ambos grandes mundos, pero no plantea muy bien el tema de la identidad. La identidad islámica y musulmán está marcada por su variedad cultural, riqueza intelectual antigua, la que es la base del mundo tecnológico que hoy conocemos. Bernard Lewis, el profesor especialista en la historia del Islam, trata en el texto “Las Identidades Múltiples de Oriente Medio”, la variedad de culturas presentes en Oriente y el choque Civilizacional en el que se enfrentan el mundo árabe islámico, judaísmo y cristianismo. Los países de Occidente, en el siglo XX, han estado en una constante carrera por encontrarse bajo la superioridad de los demás. Así como la actitud básica del ser humano (ser superior al otro), los países modernos compiten por la tecnología y el comercio. En la Segunda Guerra Mundial, las potencias gastaban millones en espionaje tecnológico, aquello porque cada uno quiere tener la mejora más avanzada de cada producto. Los países árabes en cambio, han dejado paulatinamente de interesarse por la investigación tecnológica. Estas investigaciones son básicas para el desarrollo. Hoy vemos países como China y EE.UU. luchan por tener lo mejor. Al parecer, el pueblo árabe islámico ha cesado de realizar esta lucha, ha llegado a aceptar su “derrota”, ha entrado en un continuo decrecimiento. Ellos insisten en preservar el legado cultural antiguo, sin adaptar nuevas características, o por lo menos intentar hacerlo en la medida posible.

Más que un problema religioso, yo diría que se trata de uno social. Para el progreso de un país, es necesario el apoyo de toda su comunidad, pero si ésta se niega a realizar aquél avance, el país entero podría caer en una decadencia sin vuelta atrás, que es lo que básicamente se encuentran realizando los países de la zona del Medio Oriente. Incluso han llegado a creer que obteniendo más territorios, se podría aliviar el decrecimiento en la región, pero finalmente se descubre que las guerras sólo traen mas desmejoras, muerte y problemas.

Reconocimiento de la identidad

“Para aceptarse a sí mismo, hay que partir por aceptar a los demás”. Si colocamos esta frase en el contexto actual en los países árabes, nos encontramos con un grave problema. Para que los países logren el auto reconocimiento de ellos mismos, sólo allí podrán competir contra el resto de sus homólogos. Hoy insisten en no realizar ese reconocimiento, por lo que suelen atacar al primer territorio indefenso que ven. Esto sólo ayuda a acrecentar el problema, se crea una inestabilidad social y un decaimiento de la moral, ya que mientras Occidente crece y crece, el Medio Oriente se pudre.

No existe una sola salida al gran conflicto interno y externo que esta presente. Son muchas las interrogantes en el problema, pero lo que sí sabemos, es que mientras existan hombres con capacidad de razonar, se podría llegar a un acuerdo, levantar a estos pueblos de las ruinas. La tarea no será fácil, se ha intentado innumerables veces ponerse a la altura de los europeos, no se ha conseguido aún por la “impotencia” que siente el mundo árabe islámico, como dice Carmelo Beltrán. Es tarea de todo este mundo, entrar en el ámbito de la “Modernidad”. Quizás no ocurra, a lo mejor pronto se llegará a un acuerdo, quizás más tarde. Mientras, todo el mundo tendrá su mirada fija en el pueblo árabe islámico, pues han tardado demasiado y bajo la presencia del terrorismo, cada día se tornará más difícil la reconstrucción de este complejo sistema.

El autor cita la actual influencia y ampliación de la religión islámica y musulmán dentro de la cultura de Occidente, postulando que la problemática que ocurre en el Medio Oriente, es ahora tarea de todos, ya que gente islámica y musulmán están en todas partes del mundo. Considero que, si de existir un cambio, una revolución completa tanto en el pensamiento, actitud y en una reforma a la cultura de Oriente, debe surgir desde el mismo centro del problema y no de afuera. Esto, porque estos mundos se encuentran, tal como Carmelo Pérez lo dice, “traumatizados” por el “modelo occidental” y si la solución a los conflictos, proviene de aquél mundo que tanto trauma les ha ocasionado, podría ser que ocurra un decaimiento agudo en los países árabes. Estos países deben ser capaces de perderle el miedo a Occidente, tal como lo dice el autor, pero eso sólo se consigue logrando ponerse de pie, sin ayuda. Si bien países activos en la zona participan para lograr la solución a siglos de conflictos, parece ser que existe una constante oposición. Nadie sabe qué es lo que ocurrirá en los siguientes años, si ocurrirán nuevas guerras y atentados, o vendrá un receso o un período de paz. Para lograr esa paz, reitero la necesidad de un acuerdo mutuo entre los países y un equilibrio de necesidades y objetivos entre los gobernantes y el pueblo de países como Palestina e Israel.

Conclusión

Comparto profundamente las ideas de “tolerancia”, “respeto”, pues sólo el reconocimiento de la existencia de valore, símbolos y mitos diversos, hará que cualquier cambio sea posible. Ese cambio lo deben hacer los mismos ciudadanos, la misma gente del mundo árabe islámico. Elegir a gobernantes que sean capaces de realizar ese cambio. Es la tarea de todos, para que el proceso de globalización sea tal, que todos compartamos las diferentes culturas e ideologías, bajo los mismos principios humanos.